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La irresponsabilidad y el descontrol


Siendo un hombre de letras, no participo de la política partidaria, sin querer decir que no soy político en el profundo sentido de esa palabra. Hasta el día de hoy, “hemos mantenido un silencio parecido a la estupidez” como dice la proclama de uno de nuestros héroes fundadores; pero llega el momento en que se rebasa todo límite admisible, y es hora de hablar.
En primer lugar, quiero decir que, nadie en su sano juicio puede admitir la declaración de Morales en el sentido de “nosotros vamos a acompañar con cerco a las ciudades, para hacernos respetar, a ver si aguantan”, convocando de esta manera a un cerco para que no les llegue alimento a las ciudades. Esta declaración hecha por el Presidente en funciones es un delito de lesa bolivianidad, una traición a la patria. ¿Cómo un boliviano puede clamar, en su sano juicio, repito, agotamiento por hambre a otro boliviano?
Esta tremenda irresponsabilidad es el resultado de una cadena de irresponsabilidades y discrecionalidades reveladas que ahora buscan el descontrol para desatar la violencia entre bolivianos.
En primer lugar, por la negación de la voz boliviana expresada a través de un referendo el 21 de febrero de 2016, en la que decidía taxativamente por un no rotundo a una consulta que el propio Morales hizo al pueblo boliviano, que podemos traducir como sigue: ¿Puedo modificar la carta magna para presentarme a las elecciones y ser reelegido? Nada podía cambiar esa decisión; pero Morales con una despreciable ambición sin límites, pidió ser reelegido acudiendo a un supuesto “derecho humano”. Y naturalmente, como hacen los abusivos, recurrió al Tribunal Constitucional, que él mismo hizo elegir a través de su partido con mayoría no solo absoluta si no de dos tercios en el legislativo.
De esta manera, y rompiendo no solo todas las reglas, sino la voluntad del pueblo soberano, que es en última instancia la máxima autoridad del Estado, se presentó a las elecciones de este 2019; pero el pueblo boliviano es rebelde, tanto que da coces cuando alguien quiere montarlo como a potro doméstico. Y allí es cuando sucedió lo que el partido de gobierno no esperaba, una avalancha de votos, no precisamente a favor de alguien, sino, en lo que más duele, en contra de alguien, de ese alguien que ha pretendido hacer y deshacer esta ultrajada república de la manera que mejor convenía a sus decisiones de sátrapa de imperios extranjeros, malquistado con el buen vivir que él mismo, arteramente proclamaba.  
En esta oportunidad, el Tribunal Supremo Electoral, también elegido por los dos tercios de su brazo político en la Asamblea, obsecuente con el poderoso, violó las reglas electorales favoreciendo al candidato inconstitucional que ya venía cargado de todo el andamiaje de todos los poderes del Estado que controla desde una sola silla, contrariando la constitución y los principios básicos de un estado en equilibrio, y que hemos llamado democracia. Este Tribunal Supremo Electoral comandando el llamado Órgano Electoral Plurinacional, por lo visto plagado de ineficientes y comprados funcionarios, ha mostrado un tan grosero manejo de las bases de datos, que existen tres que no coinciden, con tanto dato diferente al expresado en las urnas, en los archivos en formato MSEXCEL del llamado TREP; pero, sin embargo, cuidando que todos los resultados se aproximen los unos a los otros en porcentajes, amén de los diferentes casos irregulares emergentes de las actas. Así el TSE, a pesar de los múltiples reclamos, de los técnicos y jurisconsultos, del pueblo que al darse cuenta del hecho se levantó al unísono en paro reclamando, proclamó la victoria del binomio inconstitucional, precluyendo la elección cometiendo un flagrante delito, y entrando en una profunda irresponsabilidad, que considero criminal. Manejos altamente irregulares ya advertidos por el centenar de veedores de la OEA, que el mismo OEP convocó, advertencia que el embajador de la UE también validó. Extremo que puede llevar a derramar sangre inocente de los bolivianos.
Bolivianos ¿qué hay más que la vida? ¿Qué más sagrado que la libertad? En estas circunstancias podemos afirmar que la vida está en peligro y la libertad coartada, dadas no solamente la enorme burla, sino la prepotencia que desde un poder ahora tremendamente menguado, sufre el pueblo boliviano, siempre fiel al voto que considera lo más sagrado, porque es el derecho, porque es la manera en que ha decidido convivir.
¿Qué resta a un pueblo engañado que solamente tiene la fuerza de su voto para expresarse según el pacto constitucional? ¿Qué resta a un pueblo cuyo pacto constitucional ha sido pisoteado, vejado, y por lo tanto roto? Pues resta expulsar al tirano.
El MAS que llegó al poder de la mano de la mayoría del pueblo boliviano, y con un discurso esperanzador, ha ido dando muestras de un proceso de cambio, cierto, pero cambio hacia las formas más abyectas de sometimiento y abuso posibles; pues, ha sometido a muchos bolivianos a través de prebendas y dádivas, traducida en bonificaciones, pagos extras, etc., resolviendo estas acciones en la peor corrupción que puede haber: corromper al pueblo simple, que poco a poco fue transformándose en cliente sojuzgado por el chantaje y la codicia miserable que exige la sobrevivencia.
Esto mientras la clase dirigente ha llenado sus arcas con dineros que provenían del Estado, a través de mil y un mañas y artimañas para trasladar esos recursos que pertenecen a todos los bolivianos, pero que al estar “resguardados” por el Estado son más que mejor para ellos bienes de los poderosos, usurpadores de esa riqueza.
Ha sobornado con execratoria actitud los cimientos de nuestra bolivianidad, y ha conseguido vulnerar nuestros más profundos valores. Hora es de exigir. Hora es de resolver este estado de vandalismo que nos tiene agobiados.
¿Para qué sirve la poesía si no es para el corazón valiente y la libertad victoriosa?
Por una patria libre de tiranos, ladrones, delincuentes y desalmados.
Morir antes que esclavos vivir
Gary Daher
Poeta

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